domingo, 31 de diciembre de 2017

PESPITA


PESPITA
En pleno ataúd estaban maquillando su rostro con delicadeza.
De pronto, con una voz que no era de este mundo, pidió un espejo.
Se miró. Y ya complacida, suspirando, cerró los ojos.

Esta vez para siempre.

David Arce

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