sábado, 9 de julio de 2011

Amores nocturnos en Yapatera / David Arce

Cuando yega la noche todos los gatos son pardos dice mi abuelita Petronila, por eso me armo de valor pa escribile a usté aunque seya más despercudío que yo, pa´ que no nos tomen por gatos y podamos vernos de diya. Y antes que na´, quiero decirle que estoy muy orguyosa de ser negra, porque negra es mi madre, negro fue mi padre y negras son las noches que esconden nuestro amor.

La primera vez que lo vi usté estaba sudando a chorros y vino a pedirme un vaso de agua y no solamente fue un vaso, fue casi toda la jarra de limonada, que yo como sonsa le preparé sin saber que estaba preparando mi propia emboscá, porque usté es mi primer enamorau y yo no sabía lo que se sentía cuando una está así como estoy agora. Encima de todo usté se sacó su camiseta y se secó el sudó y agora recién caigo en la cuenta de que usté se olvidó a propósito pa´ que yo se la lavara. Agora ya puedo confesarle que la tuve cuatro diyas debajo de mi almuhada pa´ recordarme de su olor que agora se
ha impregnau por toda mi cama. Sólo despué, cuando usté como al descuido me preguntó si yo había visto su camiseta, recién me animé a lavarla.

Pero ya era muy tarde, yo a mis dieciséis años estaba como pegada a una telaraña, pensando todo el diya en usté y mi madre tenía que sacudirme y repetirme las cosas pa´ sacarme de mi ensoñación.

Yo sé que usté es más viejo que yo aunque sea mayor por unos pocos meses. Y por eso puede hablá tan bonito como lo hace. Y agora comprendo por qué se demoraba tanto en terminá de construí la paré del corral cuando a mi madre le dijo que solamente se demoraría unos cuatro diyas y al final se demoró más de un mes, todo eso pa´ destilarme sus palabras bonitas dentro de mis oyidos. Al comienzo yo me reiya y lo tomaba en broma, hasta que yegó la negra noche en que usté se apareció en toditos mis sueños.

Cuando camino por la caye mis pensamientos son solo pa´ usté y a veces me da vergüenza de que alguien pudiera adiviná mis pensamientos porque mi sonrisa parece un corazó y la gente me mira creyéndome una loca y yo creo que eyos también pueden mirá los corazones rojos que salen como pompas de jabón a travé de mi cabeza, dejando una estela luminosa a lo largo de la caye, como la cola de una cometa.

Hoy e amanecido contenta porque e tenido un sueño amariyo. Digo amariyo porque soñé con un diya yeno de sol, amariyo, dentro de un hermoso jardín de girasoles, grandes y amariyos. El cielo celeste y sin nubes. El aire fresco, muy fresco. Y ayí dentro del jardín estaba usté, con su camiseta sudá pidiéndome limonada, contemplando los enormes girasoles.

Juntos, contemplando los enormes girasoles.

Mi hermana Rosaura dice que un mes es mucho tiempo pa´ vernos solamente en las noches y qué le sucede a usté que no me quiere tomá de la mano los domingos en el mercau delante de toda la gente pa´ que todo el mundo se entere de nuestro amor. Eya me dice que seguramente usté tiene otro amor, pero yo creo que usté, como es menos negro, tiene vergüenza de mostrarse conmigo por las cayes. Por eso le escirbo porque me estoy acostumbrando a esperá las noches negras con mucha ansias pa´ verlo. Y pa´ sele franca solamente logro adiviná el blanco de sus ojos y únicamente lo reconozco por el aroma del sudor y por la miel de sus palabras.

© David Arce

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